Deambulo por mi cuarto, me siento inquieto aún parado. No hace mucho que empecé a sentirme desorientado, algo perdido, sin puntos de referencia. Me pregunto que hacer, me atribulo al no saber que responder. Me angustia el hecho de sentirme a la deriva, me abruma el desconocer si quiera las preguntas que he de responder…y levanto la vista. Ese pequeño gesto, a la postre altamente simbólico, me ayuda a comprender. Me hace ver. Son tres títulos de algunos de los libros que reposan en mi estantería, que con sus letras me dicen, me cuentan, me indican. NIEBLA, FUERA, RETORNO! Y sonrío. Ya lo tengo!: “Disipando la niebla que me envuelve conseguiré hacer retornar al yo que ha de reinar!” Levanta la cabeza, decídete, y da un paso hacia delante. Pues en tiempos de zozobra, impera la acción por encima de la reflexión.
Lo percibo, estoy en el camino!